Entre Manzanera y Arcos de las Salinas se sitúa esta pequeña localidad cuyos habitantes acostumbran a acoger cada invierno el prodigio de la nieve en plena sierra de Javalambre. Un buen mirador que domina su paisaje montañoso y de altas cotas lo constituye el puerto de Torrijas, con vistas espectaculares.
El margen septentrional del término comprende la cabecera del río de Torrijas, en las estribaciones meridionales de Javalambre salpicado de fuentes a causa de la intensa absorción de agua que se produce en las zonas altas (fuentes de la Sebastiana, del Castillejo, de las Fontanelas, del Pino, etcétera), siendo algunas de ellas medicinales, como la de la Salud, a la que se atribuyen propiedades curativas para enfermedades de riñón y reumáticas.
En la plaza mayor se levanta la iglesia de San Cosme y San Damián. Junto a ella se localiza el ayuntamiento, de tres plantas, con lonja abierta por dos arcos de medio punto realizados de sillería.
A las afueras se encuentran la ermita de Santa Catalina, de una nave, con portada de medio punto y capilla adosada y la ermita de Santa Margarita, también conocida como de las Navas.