Parece que todos los pueblos de esta comarca se encuentran al ras del cielo, pero sin embargo Olba, a solo 660 metros de altitud disfruta del valle del río Mijares y del benigno clima que esta ubicación le proporciona.
 
El río aquí es un nexo de unión entre los diferentes barrios, paredes escarpadas de calizas dominan el fondo del valle, con masías y numerosos núcleos de población de pequeño tamaño que se sitúan en las ondas de los meandros y en las laderas del valle.
 
El río, tras salir del cañón de La Hoz del Molino, mantiene un valle relativamente amplio y ameandrado hasta el límite de la provincia de Teruel, muy aprovechable para los cultivos ya que por su altitud (600-700 m) es una de las zonas más bajas de la Cordillera Ibérica turolense y tiene una clara orientación mediterránea. Sabinas y pinos recubren las superficies altas calcáreas, destacando al sur de la población una importante masa de Pinus pinaster.
 
Este territorio es muy abrupto, con fuertes desniveles densamente poblados por la vegetación, si bien incorpora una fértil vega, con abundante agua y un microclima más suave que el de los municipios colindantes de la provincia de Teruel.