Uno de los detalles que hacen de Linares un lugar único, es el color claro de sus casas contrastando con los tejados de teja roja árabe. Por este y otros muchos motivos, el Gobierno de Aragón declaró este lugar Bien de Interés Cultural en el año 2001.
Linares se encuentra edificada en las faldas de una montaña rematada por el castillo cuya existencia se remonta a 1202 cuando fue donado al obispado de Zaragoza por Pedro II. Entre sus ruinas todavía adivinamos su planta irregular para adaptarse al terreno y la torre.
El exterior de la iglesia de la Inmaculada Concepción es muy llamativo, destacando el hecho de que el campanario esté separado de la nave principal. El interior sorprende por su riqueza, ya que el Altar Mayor está cubierto por un baldaquino de madera sobredorada. El original, de mármol, fue destruido durante la guerra civil al igual que el órgano.
De principios del siglo XV data la Cruz Procesional, otra de las joyas de esta iglesia.
En Linares se conservan varios lienzos de su antigua muralla, además de tres portales; el Portal Alto, el Bajo o de la fuente y el Portalico.