Si hiciésemos un vuelo rasante por encima del pueblo de Gúdar, nos llamaría la atención la abundancia de pinares y de pastizales, que componen este paisaje típico de montaña con rincones pintorescos y surcado de abundantes fuentes.
Estos manantiales con sus alrededores se conjugan para crear parajes como la fuente de los Caños, cita obligada de los excursionistas, o la fuente del Cura, junto al río Alfambra o la Dehesa, un merendero ubicado entre pinares.

Los pastizales, por su parte, tienen otros protagonistas, pues el ganado pace con parsimonia al suave sonido de los cencerros y las esquilas.
Ese sonido a campana nos hace mirar hacia la iglesia neoclásica de Santa Bárbara del siglo XVII, desde donde tradicionalmente tañían las campanas.
Con nuestra mirada descubrimos el modo de construcción de esta localidad, Gúdar se asienta sobre un espolón rocoso, esa posición de altura le permite tener excelentes vistas.
El municipio se asoma como a un balcón sin temor a la caída y desde él ve una maravillosa vista hacia el valle del río Alfambra