La aparición de esta localidad se debe a su carácter de lugar de descanso de ganaderos trashumantes. La ubicación entre la sierra de Gúdar y el Maestrazgo suponía un punto medio en el camino a 1475 metros de altitud. Ese ambiente ganadero, una industria floreciente en su momento, la hace tener multitud de casas y edificios emblemáticos; como el Archivo de la Comunidad adosado a la Iglesia de la Asunción.
Paseando por las calles nos salen al paso las murallas, las torres, portales y aleros, así como palacios de los siglos XVI y XVII orientados hacia el sur para aprovechar el calor al máximo.
Esta estampa ha hecho que fuera declarada Conjunto Histórico Artístico en el año 1982. En el recorrido por la localidad se pueden buscar vestigios de su pasado musulmán en alguno de los torreones y puertas de la muralla. Así como peculiaridades en el empedrado de la localidad, pues las piedras formaron parte de la estructura del antiguo monasterio de Santa Ana, del que hoy sólo se conserva un muro. Los alrededores también tienen su encanto y en ellos se puede practicar el deporte de la caza.